Sabemos que detrás de cada startup hay una misión que cumplir y nos gustaría conocer un poco más sobre qué hay detrás de Pink Albatross.
Cuéntanos brevemente qué es Pink Albatross. Describe los principales hitos a lo largo de vuestro desarrollo.
En Pink Albatross hacemos helados deliciosos, indulgentes, con ingredientes de origen vegetal y tan naturales que se pueden dibujar. Sin aditivos, ni ultraprocesados, ni atajos. Sin gluten. Cremosos, sabrosos y aptos para todos los consumidores. Para aquellos con un paladar exigente y para consumidores conscientes: aquellos que no pueden comer helado por restricciones dietéticas (intolerantes a la lactosa, celíacos, veganos) o consumidores preocupados por los derechos de los animales y el medioambiente.
Hitos:
- 2018:
- se concibe Pink Albatross
- 2019:
- lanzamiento del producto con 5 sabores
- 2020:
- reformulación del producto, reenfoque de objetivos de canal
- 2021:
- 5 nuevos sabores
- llegamos a SPAR en Canarias, a Ametller y a Getir
- rebranding de la marca
- Llegamos a Portugal y Filipinas
- 2022:
- Llegamos a Glovo
- Llegamos a Carrefour, La Sirena, El Corte Inglés y Costco, entre otros
- Pink Albatross llega a Alemania, Holanda y Grecia
- Nuevo formato 90 ml
- Ganadores del Carrefour Plant-Based Contest y 2 Great Taste Awards
- Multiplicamos nuestras ventas x3 respecto al año anterior
¿Cuáles fueron las principales dificultades o barreras con las que os encontrasteis para avanzar con este negocio? ¿Cómo las superasteis?
Necesitamos superar, en líneas generales, 4 dificultades:
- Buen producto. Lo complicado era que fuese un helado ‘sin serlo’, sin usar los ingredientes y procesos tradicionales. Crear un helado plant-based no era difícil, lo difícil era lograr la textura y sabor y hacerlo además usando solo ingredientes naturales, procesos clean label y que tenga una vida útil razonable para funcionar en un lineal de una tienda o supermercado. Es difícil encontrar proveedores con productos clean label y dar con la fórmula que garantice el sabor y la textura óptimos. Pero además, la revolución está en que no hay renuncia: les gusta a todos en casa porque está bueno pero además no sienta mal (aunque tengas intolerancia a la lactosa, por ejemplo) y estamos beneficiando al medio ambiente (versus un helado con base láctea).
- Pero un buen producto no garantiza nada, ¡aunque es un buen comienzo! Debe conjugarse con una marca que conecte con los consumidores, que sea creativa y atractiva. Sobre todo en un sector saturado. Hay que hacer un gran trabajo de construcción de brand awareness y brand affinity. Redes, activaciones en el punto de venta, campañas especiales, concursos, comunicación, medios…
- Y todo ello, conjugado con una buena distribución: cuando eres pequeño el mercado no apuesta por ti, no tiene confianza. El espacio en las estanterías es pequeño y cuesta que lo ocupen con un producto que desconocen cómo rotará. Lleva un tiempo y un gran esfuerzo conseguir el apoyo del mercado y comerciantes.
- Para hacer todo esto necesitas personas. Personas que estén enamoradas del proyecto, que crean en lo que se está queriendo lograr, que quieran cambiar las cosas y se impliquen y tengan iniciativa y ganas. Porque hay mucho trabajo y son muchas horas para poder hacer todo esto que hemos dicho.
Teniendo en cuenta la importancia que tienen los ecosistemas para poder desarrollar la innovación. ¿Cómo describirías el ecosistema de emprendimiento en España? ¿Qué ventajas y barreras ves en este ecosistema?
Cada vez existe un ecosistema de emprendimiento mayor en España. Las diferentes organizaciones y fondos ponen al alcance de las startups mentores, advisors y players consolidados con gran experiencia y conocimiento. Puntos clave para aprender a analizar mejor ciertas métricas y aprender a prestar atención a esos aspectos que te permitirán crecer, más rápido, más sólido y más sostenible.
Cada vez hay más desarrollo del mundo food, casos de éxito como Komvida o Smileat que nos ayudan a entender algunos de los caminos que se pueden seguir. Creo que lo más bonito de emprender y del ecosistema es que hay ganas de ayudarnos entre todas las startups, colaboramos juntos para conseguir ese cambio que estamos construyendo.
No obstante, todavía hay mucho margen de mejora. Un gran porcentaje de las startups que nacen en España jamás llegan a consolidarse Además el paso a otras geografías no es sencillo y hay poco conocimiento sobre internacionalización. Para ello es necesario acudir a fondos y aceleradoras internacionales que te ayuden a afianzar el negocio.
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¿Qué oportunidades de mejora crees que podrían surgir?
Una clara, es que se fomenta poco la interacción entre startups de diferente tamaño y experiencia. Como decía antes, aprender de los que van más avanzados ayuda mucho más que hablar con un “experto”, porque ellos viven el negocio como lo vives tú. Y eso te inspira a ayudar a aquellos que vienen detrás y lo haces con gusto (pay it forward).
Nosotros hemos creado un pequeño grupo y procuramos quedar cada tanto a cenar y charlar. Hacemos también de psicólogos, emprender es duro a nivel personal, familiar y financiero, hablar con otros que están caminando tu mismo camino te ayuda a no sentirte sólo y a apoyarse entre todos.
¿Crees que ha cambiado en los últimos años?
¡Sin duda! Hace algunos años no se hablaba ni se fomentaba la comunicación. Con aceleradoras como Eatable o Lanzadera se ayuda a crear y fomentar este ecosistema de retroalimentación positiva. España, con la cultura culinaria que tiene, puede todavía ser más referente a nivel Europeo de las nuevas tendencias en alimentación.
Además creo que falta todavía algo de metodología, entender herramientas y utilizarlas para mejorar la productividad de cada persona trabajando en una startup. Y mucho trabajo todavía para fomentar el coraje y las ganas de aprender de las nuevas generaciones, para que quieran emprender y sepan cómo hay que trabajar para levantar un negocio y el sacrificio que implica.
En los últimos años hemos escuchado la palabra AgriFoodTech como la revolución de la industria alimentaria. Hablemos de lo que significa para ti esta palabra. ¿Cómo definirías el AgriFoodTech?
Justamente es eso, la revolución de la industria alimentaria. Lo que le falta es con qué objetivo. Para mí la base es que tenga un impacto positivo en la sociedad ya sea por el factor de sostenibilidad, por la inclusividad de la propuesta a nivel de los consumidores (alérgenos, etc.) o para eliminar o minimizar la explotación de seres vivos (animales y humanos). Para nosotros hacer algo que no tiene un objetivo ulterior, para que sea simplemente más rentable, no es AgriFoodTech.
¿Crees que su desarrollo puede cambiar la industria alimentaria española? ¿Cómo?
Sin duda. Nosotros queremos eliminar los lácteos del mundo de los helados. No hay necesidad de usarlos y de explotar animales. Con nuestro producto podemos mejorar las digestiones de muchas personas al mismo tiempo que generamos un menor impacto medioambiental.
Esto se consigue primero con un producto TOP, luego comunicando los beneficios, haciendo que la gente lo pruebe y, cuando prueben, que quieran repetir.
¿Cuáles crees que deberían ser los apoyos fundamentales para que esto ocurra?
Hay mucho que se podría hacer:
- Acceso a líneas de financiación de corto plazo para financiar el capital de trabajo. En industrias alimentarias hay mayor o menor estacionalidad pero hay una necesidad de comprar stock (materias primas y producto terminado), tenerlo durante un tiempo y luego, al venderlo, esperar unos meses a cobrar. Eso puede ser un proceso de entre 2 a 6 meses. A día de hoy se financia con inversores, por lo que tanto ellos como los fundadores perdemos parte de nuestra participación en la empresa cuando financiamos capital de trabajo con inversores a largo plazo que entran en el capital.
- Personal: tener mayor apoyo para la contratación apoyando, por ejemplo con menores cuotas de seguridad social o menor IRPF, la contratación de empleados en startups. Si crecemos y vamos incorporando más personal estamos creando riqueza. Es necesario algo que fomente la contratación y que ésta no cueste tanto. De esta forma fomentamos tanto que una persona quiera trabajar en una startup como también poder contratar más y mejores personas.
- Proyectos de I+D+i: las líneas existentes actuales son restrictivas, apoyan grandes inversiones y están pensadas más para PYMES que para startups.
- Promover, por parte de los entes públicos, ciertos objetivos básicos como sociedad a los que los canales de distribución se tengan que suscribir (para que realmente haya impacto). Por ejemplo objetivos de sostenibilidad que tan importantes son de cara a la subsistencia del planeta y de la propia especie, además de la diversidad de flora y fauna que nos estamos cargando.
- Facilitar el emprendimiento con regímenes menos onerosos que los de autónomos existentes. Y que, por lo tanto, sea atractivo emprender.